Sobre el maestro Ricardo Gomez y el estado actual de las Artes Plásticas nicaragüenses

El maestro Giancarlo Splendiani que era responsable del Proyecto de Integración Plástica en el V Comando Militar Regional de Juigalpa nos hablaba muy entusiasmado y con gran admiración del entonces joven tenaz y ahora maestro Ricardo Gómez, uno de los mejores ejemplos de los estudiantes de arte que encontramos aquí en Nicaragua en los años ’80, con ganas, anhelos y voluntades extraordinarias…

……y, como decía el muralista mexicano José Clemente Orozco: “ávidos de saberlo y entenderlo todo y de ocupar cuanto antes su puesto en la creación de un mundo nuevo”.

1987 – Ricardo Gomez trabajando en el Proyecto de Integración Plástica en el V Comando Militar Regional de Juigalpa

Lastimosamente la experiencia didáctica y productiva de la “Escuela Nacional de Arte Publico Monumental David Alfaro Siqueiros” (ENAPUM-DAS) fue interrumpida prematuramente y estos jóvenes tuvieron que seguir su propio camino sin rieles, como el tren de los cafetales de Matagalpa, y hoy podemos decir que a pesar de todo, con mucho instinto e intuición, hicieron mucho camino y crearon obras de Arte Público de gran valor en varias plazas, calles y ciudades de nuestra Nicaragua.

Ricardo Gomez en su trabajo profesional tiene curiosidades infinitas y es por lo tanto también un investigador y experimentador incansable. Quisiera entonces aprovechar de este momento para que podamos reflexionar y ubicarnos en el camino de la reciente Historia del Arte nicaragüense…y quizás ajustar objetivos y estrategias que puedan ser útiles a las nuevas generaciones de estudiantes de arte y artistas, como los jóvenes que participan en esta exposición.

Como pueden leer en mi libro inedito “Herejías en las artes plásticas latinoamericanas de Nicaragua”, el maestro de maestros Rodrigo Peñalba regresó a Managua en el 1947 con una serie de propósitos que ya no tenían nada que ver con los viejos Vanguardismos, con el Expresionismo Alemán o con el “rupturismo” de moda, como han equivocadamente afirmado varios críticos e historiadores.

El maestro Rodrigo Peñalba, después de la experiencia fulminante y reveladora con los muralistas mexicanos y de haber vivido en Italia los movimientos del “Novecento” que pretendían retornar a la esencia del arte italiano del Renacimiento y después de haber participado activamente en el heterogéneo grupo de la “Escuela Romana” con una generación de pintores “mediterráneos” como Scipione, Corrado Cagli, Mario Mafai y sobre todo Antonietta Raphaël, quiso trasladar este sentimiento, pasión, calor y vitalidad antigua y “mediterránea” a Nicaragua, como luego hizo Pablo Antonio Cuadra con sus “Cantos de Cifar y del mar dulce”.

Decía Rodrigo Peñalba que: “Italia ha sabido superar esa época de los ismos, que todavía aturde a muchos, para volver, aprovechando las enseñanzas de aquellos, al elemento puro de la pintura”, y con esta profunda inquietud, como decíamos, en 1947 vino a Nicaragua para abrir el camino de las Artes Plásticas a lo realmente nuevo y novedoso, y que en el posguerra sonaba como una auténtica herejía, con una serie de paradigmas que aquí solamente podemos sintetizar así: Retorno al OFICIO del PINTOR a partir del estudio de la naturaleza (en este caso la nicaragüense) y de los grandes maestros del pasado acabando con las rupturas de los lenguajes expresivos tradicionales; luego, PINTURA MURAL y técnica del FRESCO como madre de todas las técnicas pictóricas y, al fin, UNIDAD DE LAS ARTES PLASTICAS a nivel didáctico y productivo, acabando con el divorcio entre Arquitectura, Pintura y Escultura.

Rodrigo Peñalba logró solo parcialmente a implementar sus propósitos, pues también Nicaragua como toda América Latina y Europa fueron inundados por el tsunami del Expresionismo Abstracto y del “Dripping ” primero, y luego por el académico “Sistema del Arte Contemporáneo” todavía hoy en auge. (El trabajo del crítico de arte cubano José Gómez Sicre desde la Unión Panamericana en Washington , en el mero auge de la “La Guerra Fría Cultural” es todo un capitulo abierto para entender lo que pasó realmente en las Artes Plásticas de Nicaragua y de América Latina en este periodo).

LA ESCUELA NACIONAL DE ARTE PUBLICO-MONUMENTAL DAVID ALFARO SIQUEIROS (ENAPUM-DAS)

A partir de 1982 nosotros retomamos todos los paradigmas y propósitos de Rodrigo Peñalba con el Proyecto de la “Escuela Nacional de Arte Público Monumental David Alfaro Siqueiros” (ENAPUM-DAS) no casualmente aprobado y defendido por el maestro Alejandro Arostegui (en este entonces Director de la Escuela de Artes Plásticas) asumiendo luego la dirección el maestro Leonel Cerrato, ambos destacados alumnos del maestro Peñalba.

Fue un proyecto totalmente contracorriente a nivel continental, como única Escuela ESTATAL de Arte Público, que fue posible solamente gracias a la FILOSOFIA DE LA REVOLUCION, que fue especial, única y rara entre las revoluciones, con aquella visión humanista de los poetas, de los seguidores de Jesús unidos por primera vez con los seguidores de Marx y unidos también con nosotros los soñadores del ’68 estudiantil.

Aquella visión del mundo y del ser en este mundo que soñaron y vivieron en aquellos años Carlos Fonseca Amador, El Padre Miguel d’Escoto Brockmann, Pablo Antonio Cuadra, Leonel Rugama, Carlos Martínez Rivas, Ernesto Cardenal, Gaspar Garcia Laviana, Giulio Girardi, Carlos y Luis Enrique Mejía Godoy, Alejandro Serrano Caldera, el Dr. Dávila Bolaños y miles de otros auténticos y titánicos filósofos y poetas del pueblo nicaragüense y de la Patria Grande.

Fue toda una hermosísima y sublime magia filosófico/revolucionaria la que nos permitió, por ejemplo, llenar de formas y colores, en plena guerra, primero la Base Militar de Asturias del BLI Miguel Ángel Ortez (MAO) y luego el V Comando Militar Regional de Juigalpa…. Nunca se había visto en el mundo, en plena guerra, cachorros armados recogiendo piedras de colores en las cañadas, ríos y montañas para realizar mosaicos artísticos en sus bases militares……Y es propiamente en medio de este éxtasis creativo filosófico/revolucionario que encontramos a nuestro hoy maestro Ricardo Gómez.

1987 – Los cachorros de Sandino buscando piedras de colores

Y, claro que ellos, en el medio de esta reconciliación y acercamiento al misterio de la unidad de lo DIONISIACO con lo APOLINEO, al decirla como nuestro gran filósofo Friedrich Nietzsche, encontraron lo fundamental y esencial de la verdaderamente libre creatividad, que es hija del pensamiento libre en una sociedad de hermanos. (Algún día, quizás, podamos añadir “EL NACIMIENTO DE LA TRAGEDIA” de Friedrich Nietzsche, como pensum de estudio para los jóvenes estudiantes de artes plásticas……buscando lo anterior al “pensamiento calculador” hoy globalizado, que corresponde allá a lo presocrático y acá a lo precolombino).

Varias veces comparamos nuestra “Escuela Nacional de Arte Público-Monumental” con la ESCUELA BAUHAUS fundada en 1919 en Weimar- Alemania por las muchas similitudes, a partir de la corta duración de ambas antes de su cierre autoritario; por la análoga insistencia por el trabajo de equipo en función del bienestar social y de la visión filosófica y conceptual por la hermandad entre los artesanos y los artistas. Pero, mientras que el principio fundamental de la Bauhaus en el Diseño Industrial y gráfico decía que “LA FORMA SIGUE A LA FUNCIÓN” (y que con el tiempo se ha convertido en “LA FORMA SIGUE EL MERCADO”), nosotros de la ENAPUM-DAS aplicando los principios filosóficos/revolucionarios hemos trabajado buscando un camino que hoy en día podríamos definir como “LA FORMA SIGUE EL BUEN VIVIR EN LA MADRE TIERRA”, con todo lo que esta definición implica a nivel de los nuevos paradigmas creativos y productivos en nuestra Patria Grande, en lo particular prefigurando las calles, plazas y ciudades del futuro como obras de arte integral armonizando las necesidades de los seres humanos con aquellas de la Madre Tierra.

En este sentido pensamos que los artistas plásticos (arquitectos, pintores y escultores) deberían participar de este gran trabajo descolonizador del pensamiento nicaragüense y latinoamericano que gira alrededor de la “FILOSOFIA DE LA LIBERACION” de Enrique Dussel y de los nuevos pensadores de la Patria Grande, incluyendo a nuestro querido hermano y excelente filosofo Dr.Alejandro Serrano Caldera.

Los maestros Giancarlo Splendiani y Ricardo Gomez

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