Hace unos 3 o 4 años las cosas iniciaban a irnos un poco mejor y decidimos construir el muro perimetral de nuestra casita. Lo construimos al estilo “mediterráneo”, el de las islas griegas como Santorini o también de las islas del sur de Italia.
Son construcciones que deben proteger los habitantes del sol y del calor de los largos veranos, y por lo tanto son pintadas con blanco de cal.
No tienen techo, sino más bien terrazas para recoger agua de lluvia que, con sencillos sistemas de tubería viene almacenada en grandes recipientes subterráneos.
Los muritos que dividen las propiedades son normalmente redondeados, así como las gradas, ventanas y puertas. Todo es redondeado para darle más suavidad a la vista e integración con las formas naturales de la tierra, de las vegetaciones y de las olas del mar.
Las superficies de los repellos son irregulares porque allí a la gente no le gustan las cosas rectas, planas y lisas, y no le gustan tampoco los ángulos y las asperezas.
Todo parece perfectamente inmóvil y al mismo tiempo como en un eterno y suave movimiento de luz y sombra, pues siendo que todo es blanco de cal, es un espectáculo ver como la luz rasante del sol proyecta en las superficies las leves sombras de los relieves, convexidades o accidentes arquitectónicos creando vibraciones ondulatorias visuales. Y las sombras viajan, en el transcurso de día, trepando escaleras o bajando por los caminitos blancos entre las blancas casas.
Aquí en América Latina tenemos un espectacular conjunto de edificios con este estilo mediterráneo. Es el CASAPUEBLO de Carlos Páez Vilaró que se encuentra en Punta Ballena, a 13 km da Punta del Este, Uruguay.
Yo he visto algo parecido también en algunos pueblos de México: es una arquitectura fácil de construir y excelente para protegerse del calor tropical
En estos pueblos blancos de las islas mediterráneas el azul es el único color que se usa mayoritariamente para puertas, ventanas y decoraciones varias, y todo da una sensación de agradable frescura y de paz espiritual.
En nuestro murito utilizamos este mismo color, y el resultado nos gusta muchísimo.
No logramos terminar este murito, porque todo se paralizó, se congeló y se detuvo.
Pensábamos en un receso de algunos meses, hasta que “agarraran agua las nubes” nuevamente.
Pero pasaron meses y años y las nubes están secas, y no solamente las nuestras. El mecanismo general aquí se ha inmovilizado, y ni se mueven ya las sombras del transcurrir de los días.
Falta la parte más importante a este murito, falta el acabado con los retoques y decoraciones que nos acercarían a la perfección. Pero este acercamiento a la perfección debe de esperar ahora que todo mundo espera.
Esperamos que algo se mueva…algo bonito, positivo, esperanzador, que seguramente llegará.
Que hermoso trabajo en su hogar,la familia estará orgullosa de ver tanta creatividad,que nada detenga lo que falta por terminar,eso quieren algunos y no les de el placer. Me encanta su originalidad de detalles. Un abrazo de felicitaciones!!
Lo mejor de todo es ver ese azul y blanco por fuera con esos detalles de Artesanía y delicado trabajo en el buzón,quien diría que dentro hay tantas plantas y veedor. Me encanta y esperemos en Dios que se termine de realizar todo porque es una obra Arte más que no puede quedarse a medio camino. Saludes