Apareció esta imagen exótica y mágica en el sofá de mimbre de Masatape. Valeska estaba reposando debajo de una poderosa ola de luz que entraba silenciosamente por la ventana. Era una tarde aburrida, en las horas en que más se vive la experiencia de la nulidad de todo…pero esta imagen explotó a la vista, de repente, mágicamente, despertando los sentidos y la memoria de tiempos pasados, como aquellos de la leyenda de Mata Hari,
o quizás algo de las atmosferas heréticas, exóticas y eróticas de India o de Yemen de Pier Paolo Pasolini, o de alguna pintura orientalista de Ingres, de Delacroix, de Matisse, de Renoir o de Fortuny.
El hecho es que estudiando el diseño y boceto para pintar este cuadro (que es fundamentalmente un cuadro de luz, de contraluz y de contrastes de luz en contraluz) me detuve en lo particular en la forma y la composición que resultaron en dos mitades. La de la figura sensual y sensorial de mi linda esposa en la parte baja, y la mitad superior totalmente ocupada por la ventana…algo insólito en mis composiciones, pero necesario en este caso.
Es una figura naturalista nicaragüense que, quizás, con el huipil de la Antica Sartoria de Positano puede recordar a las mágicas atmósferas de los románticos caminos del Grand Tour por Europa, o quizás también algún misterioso rincón de los cuento mexicano por los caminos de Chiapas de Bruno Traven.
Bellissimo Sergio!