En los años ’60 y 70’ del siglo pasado era prácticamente imposible entrar en la República Popular Socialista de Albania debido a su casi total aislamiento político.
Nosotros en el 1972 fuimos invitados por la organización juvenil del Partido del Trabajo de Albania en una visita oficial a las instituciones, fabricas, centros deportivos, escuelas y universidades…
…cooperativas agrícolas y ganaderas, centros turísticos y encuentros políticos con los jóvenes.
Nuestra permanencia en Albania tuvo la duración de casi un mes. Estábamos hospedados en un hotel frente a la Playa de Durazzo y desde allí todos los días teníamos programado una visita o encuentro en alguna ciudad o departamento del país.
Quizás fuimos los primeros italianos en visitar la República Popular de Albania ( Republika Popullore e Shqipërisë) desde su fundación el 10 de enero de 1946 y, a pesar de las infames chanchadas coloniales que hizo Italia entre 1925 y 1945, nosotros fuimos tratados con verdadero compañerismo y conmovedora hermandad (quizás por la especial atención brindada por nuestros jóvenes anfitriones del Partido del Trabajo de Albania (albanés: Partia e Punës e Shqipërisë, PPSH)
Verdaderamente, después de tanta teoría marxista-leninista y de tanto movimiento estudiantil del ’68 y de tanta protesta anticapitalista, esta era la primera vez que podíamos visitar en vivo y directo un país dizque realmente SOCIALISTA…y no de un socialismo aguado y revisionista como el de Tito en Yugoslavia o de un “socialimperialismo” supuestamente ortodoxo como la Unión Soviética y sus satélites y tampoco del sucesivo pragmatismo mercantilista de Deng Xiaoping en China.
Se decía que este era el último país realmente marxista-leninista del mundo. Yo, a posteriori, no sabría decir……pero para entender algo habría que analizar lo que ocurrió en Europa entre principios de los años 1960 y mediados de los años 1970, que fue una verdadera “mutación antropológica“: el CONSUMISMO, afirma Pier Paolo Pasolini en tonos enfáticos y apocalípticos, condujo a un verdadero “genocidio cultural”, a la desaparición del mundo campesino, y la «nueva industrialización» ya no se conformaba con un «hombre que consume», sino que exigía que no sean concebibles otras ideologías que la del consumo. Un hedonismo neosecular, ciegamente olvidadizo de todo valor humanista y ciegamente ajeno a las ciencias humanas. “….. “el abrumador proceso de homologación social y cultural que tiene su centro en el consumismo como fenómeno universal de masas es un proceso que ha anulado tradiciones, dispersado y aniquilado enormes patrimonios culturales” …“Burgueses o proletarios, todos son hijos del consumismo, frágiles y desencantados, crueles e insensatos, se dirigen a la deriva, a la nada que los cerca y los cercará. Por siempre”.
Yo diría que, quizás, a diferencias de las demás experiencias socialistas, el Partido del Trabajo de Albania y su presidente Enver Hoxha estaban consciente de la podredumbre consumista-capitalista que los estaba rodeando y buscaban desarrollar un progreso industrial respetuoso del desarrollo del ser humano, resistiendo a este tsunami nihilista que hoy llamamos neoliberalismo y que nos lleva a la nada ,,,
…posiblemente era quizás el único país anticapitalista, anti consumista buscando desesperadamente la autosuficiencia, la autonomía, la independencia real y soberana.
Su presidente ENVER HOXHA tenía el aspecto de un maestro de escuela, de hombre digno, sonriente, con atuendo tradicional que encarna la profundidad de la experiencia y la riqueza cultural de Albania, radicalmente enemigo de la corrupción, viviendo él y su familia siempre en una casa común y corriente de pequeña burguesía, siempre firme, pero sin alardear lujos o vanagloriarse de su rol institucional.
Es divertida la consideración del mandatario soviético Nikita Krusciov sobre su homólogo albanés: “Especialmente vergonzoso fue el comportamiento de ese agente de Mao Zedong, Enver Hoxha. Nos ha enseñado los colmillos de forma más amenazante que los propios chinos. Después de su discurso, la camarada Dolores Ibárruri, una veterana revolucionaria y trabajadora incansable en el movimiento comunista, se levantó indignada y dijo, de forma acertada, que Hoxha era como un perro que muerde la mano que le da de comer”.
En casi un mes de permanencia en Albania pudimos ver y admirar los logros de arranque de la economía industrializada y autoabastecida; de la Reforma Agraria, de la igualdad de mujeres y hombres, de los deportes, de la educación y salud gratuita, de la electrificación total de toda la nación etc.
Como decíamos desde la base de Durazzo, todos los días teníamos programados visitas o encuentros políticos de las diferentes realidades en todas las ciudades y departamentos del país.
En el Museo de Arte de Durazzo conocimos a su director, el artista albanés, pintor, escultor, mosaiquista y restaurador GAVRIL PRIFTULI, con el que cultivamos una profunda amistad en los años siguientes. Él nos hablaba, en este entonces, de sus experimentos de mosaico de piedras bolón de los ríos y de sus inquietudes hacia nuevos materiales pictóricos. Era una persona humilde y muy entusiasmada y motivada por su trabajo creativo.
Un día estuvimos visitando una industria textil si recuerdo bien cerca de Elbasan en donde trabajaban miles de mujeres. Lo interesante era la organización del trabajo basada en la rotación de los roles, de manera que cada mujer en el transcurso del año asumía todas las funciones de producción de la industria, incluso lo administrativo, directivo y también en el cuido de los hijos en el preescolar anexo a la fábrica.
Otro día estuvimos al trabajo voluntario de un mes cada año escolar en la construcción del ferrocarril Kraste – Librazhd en las montañas al centro del país. Allí encontramos estudiantes, profesores y directores trabajando en el movimiento de tierra, todos juntos y sin jerarquías de ningún tipo. Comiendo igual y durmiendo en los mismos camarotes espartanos. Nosotros “trabajamos” también con palas y carretillas por una media hora y a mí me dieron una medallita roja de plástico como reconocimiento de “trabajador ejemplar”.
También visitamos varias cooperativas agropecuarias en el interior del país, que es fuertemente montañoso y los recorridos son sumamente dilatados por la subida y bajada de estas montañas.
Hay zonas turísticas y arqueológicas realmente preciosas, como la ciudad de piedra Argirocastro o como el Parque Nacional de Butrinto que se encuentra en el suroeste de Albania frente a la isla griega de Corfú, y la cercana ciudad de Saranda frente a un mar espectacular….que es un golfo en donde todavía en el centro se miraba el mástil del carguero italiano “Probitas” hundido por los alemanes nazis en 1943 !!
Mi papá Luigi, que tuvo que participar en la cruel y atroz guerra contra Grecia a finales de los años ‘30 me contaba de estos lugares y de esta ciudad bautizada por los fascistas italianos de Mussolini como “Santi Quaranta”
Historias feas y muy feas que trágicamente ridiculizan el mito de “Los italianos, buena gente”
Y, para terminar algo raro a nivel de la historia de la humanidad: el “Museo del Ateísmo”. Un día tuvimos la sorpresa de visitar en la capital Tirana quizás el primero y único a nivel mundial “Museo del Ateísmo”…increíble!!!!! ……documentaciones anticlericales de todo tipo: ¡impresionante!
Por mi parte, como “Seguidor de Jesus” no he encontrado nada fuera de lugar, pues conocemos bastante de religiones, de religiosos y de jerarquías eclesiásticas de todo tipo, para saber que la espiritualidad autentica no necesariamente se encuentra entre las estructuras de poder de las “religiones” como son las iglesias, curias, nunciaturas canónicas, seminarios, arzobispados, diócesis, congregaciones, y santos oficios.
Con poca o nada de “religiones”, este viaje en la República Popular Socialista de Albania ha sido lleno de belleza y espiritualidad, sobre todo pensando a lo que estaba sucediendo en Italia, que Pier Paolo Pasolini describía con grande sabiduría profética y que hoy, a distancia de medio siglo, la “mutación antropológica” ha transformado toda Europa en una sociedad orwelliana.
Solamente esperamos que la historia sucesiva de Albania y de los albaneses no haya sido la de haber “tirado al niño con el agua sucia” como se dice popularmente.