LA SERPIENTE DESPLUMADA, cuento navideño de Daniel Pulido

La Felicidad no existe,
Nostalgia
es el sentimiento
que más se le parece.

Estimada Margarita:

Ya no está linda la mar. Cuando recibas esta carta habré dejado de ser pluma de serpiente. Es ancho y amarillo el llano. Arenoso y desértico. Cortado al centro por una infinita cinta asfáltica color petróleo. Los colmillos de mi madre han quedado secos, desamparados en medio de su mandíbula abierta. Era brava la vieja, igual volaba que se arrastraba, igual trepaba a la cima de cualquier árbol o se sumergía en las aguas de cualquier río. Ahora sólo queda el gusanero devorando las carnes dispuestas al aire lúgubre, con su olor penetrante a podrido ácido.

Las avionetas pasan rasantes y tiran papeletas publicitarias: “Hoy, gran promoción, lleve dos fusiles automáticos y pague uno”. Aturdido por el sonido de los motores me refugio bajo el mortorio. Pasan hombres y mujeres atléticos haciendo sus aeróbicos, muy serios y ruidosos aspirando por la nariz, exhalando por la boca, con sudaderas de colores vistosos empapadas en esa transpiración tan especial que expelen aquellas criaturas dedicadas a ser ejecutivas de prósperas empresas. Algunos van en bicicletas americanas, vistiendo cascos como de extraterrestres. Otros se detienen a devorar algún emparedado dietético, el cual, acompañan con breves tragos de agua embotellada. Una estirada mujer arruga la cara ante el olor de mi madre muerta a la intemperie, trata de ubicar el origen de tan desagradable pestilencia pero no puede vernos, estamos ocultos tras el tronco de un árbol reseco. La esquelética extrae un pote de bloqueador solar, se embadurna el cutis y prosigue su trotar sin rumbo.

Estamos cerca de un semáforo concurrido, Managua o Manhatan, pasan dueños elegantes conducidos por perros finos. Los dueños portan servilmente sus respectivas bolsitas para recoger caca; raudos van enfundados en sus zapatos deportivos sintéticos. También hay chineludos de pies curtidos, niños y hombres con los talones rajados, mujeres de uñas sucias mal decoradas por ellas mismas en sus momentos de ocio. Los chineludos no pasan, se quedan bajo el sol, van y vienen vendiendo lotería, adornos para vehículos, caramelos, semillas de marañón, estuches para celulares, gafas oscuras, tenedores de madera para rascarse la espalda, llaveros, naranjas peladas. Beba Coca Cola. Las llantas, las carrocerías brillantes, el humo, los motores, el sol. Pasan ejecutivos encorbatados peinados refinadamente, apestosamente perfumados, portan maletas distinguidas con sus respectivas mini laptops adentro. El semáforo en rojo: los taxistas desesperados beben agua helada, dejan caer bolsas vacías sobre la vía. Los perros al fin dan gusto a sus dueños y estos se arrojan complacidos a recoger el excremento tibio y humeante. Hoy venga a disfrutar su Desayuno Ejecutivo en Mac Donald’s.

Los vehículos de lujo inexpugnables, con aire artificial adentro, con vidrios oscuros, con placas del gobierno, placas diplomáticas, placas de misiones internacionales, placas de prósperas empresas turísticas comerciantes de lo exótico, placas de organismos vampiros que viven de la pobreza, placas de noticieros chupasangre, placas de empresarios caníbales, placas de honorables jueces, de excelentísimos rectores de universidades, placas de diputados y ministros, placas de obispos, pastores y monseñores, placas de generales y comisionados, de Sherifs, Marines y Hollywood Stars. Los churequeros revisan la basura, despellejan los plásticos de las bolsas, se disputan las sobras con los perros cacastudos. El vaho a porquería sube por los tubos de las alcantarillas que desembocan en la avenida. Claro que tienes más. Chavalos parias mastican pegamento con las fosas nasales, se cuelgan de vehículos en marcha, es su deporte, la felicidad intensa de sus infancias. El chillido de los buses, puñales, abuelas asaltadas, pistolas caseras fabricadas con esmero, piedras con sangre y trozos de sesos, las sirenas de la ambulancia y la policía, los aviones rasantes, compre un portaaviones y le regalamos un bombardero supersónico. Sacerdotes dibujan en el aire la señal de la cruz con la misma garra que han usado para sus perversiones pedófilas.

La calle y sus dolores, los sudores dejados sobre el pavimento, las arrugas crecidas bajo el humo de los autos, la ira acumulada detrás de los ojos, ira que nunca será gritada, se quedará en los huesos, en las muecas finales, en las llagas después de las heridas muertas. El grito, el reclamo convertido en pregón inútil, los pechos cansados de amamantar, las leches perdidas, gargantas condenadas a vivir habitadas por nudos. Mandíbulas apretadas hasta romperse los dientes…

¿Te da miedo verdad Margarita?…

¿Has visto a las pestes que dan entrevistas en la tele? Epidemias con corbata, pandemias con uniformes militares, funcionarios cabeza de misil dando conferencias sobre la paz mundial en eventos de relevancia internacional atestados de líderes con cabezas de ametralladoras. Las familias con las bocas abiertas ante los televisores, convencidas de la sensatez de los farsantes. Después los niños serán enviados a la escuela bajo la bendición de sus padres y el santo papa, millones de niños sonrientes con sus mochilas, cuadernitos con imágenes de la high school music, libros y panes tiesos, asistiendo a las escuelas donde se les adoctrina acerca del amor patrio, el valor de las batallas, la necesidad de los héroes y sus sacrificios, la rentable inversión en sangre derramada, lo fundamental de entender y venerar los colores de la bandera, lo esencial de las fronteras, el respeto a la virginidad carnal de la virgen.

Los niños obedeciendo y comiendo chicle, los niños riendo y chateando con sus aparatos de tecnología extranjera, los niños riendo y pudriéndose, los niños envejeciendo y pudriéndose, los niños llorando y pudriéndose. Maestros con la pupila inyectada de ardor nacionalista vacían los cerebros de ilusiones innecesarias, de juegos improductivos, no se puede perder un segundo en estupideces que no contribuyen al progreso y al crecimiento del PIB. Be a winner, never a loser… go to USA…legal o ilegal brother, lo importante es cruzar la raya, la mierda allá tiene mejor sabor. Gracias a las sabias enseñanzas, los rostros de los niños se transfiguran ¿has visto Margarita? ¿Has observado cómo les brotan púas, colmillos, garras y amarguras? ¿Has visto cómo se olfatean entre ellos, cómo se muerden, con qué facilidad aprenden a beberse la sangre unos a otros? Cuando te das cuenta ya son adultos depredadores que te evocan con frivolidad durante sus extraños exabruptos de erudición: Margarita está linda la mar… y su aliento huele a pólvora, o a carne macerada, o a estómagos vacíos, o a semáforo meado por perros finos.

No hay señas de lluvia, un viento seco feroz campea en este gran potrero olvidado, este viento agrio arrastra lo que queda de mí, danzo convertida en desperdicio de tolvanera. Abajo queda el cuero reseco de mi madre y sus colmillos perdidos en el polvo.

Daniel Pulido, LA SERPIENTE DESPLUMADA, dibujo, 2010

“DES-HONORIS CAUSA”

La revista literaria de la parroquia de Leon-Nicaragua

http://www.colnet.ch/robi/deshonoriscausa/

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Centro Cultural Rural

Goyena, Sutiaba, Nicaragua

http://centrotallermadretierra.blogspot.com/

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