La locurita que presentamos hoy tiene sus orígenes en 1586. Dos siglos y medio después vino un loco que quiso desafiar nada más y nada menos que el maestro Doménikos Theotokópoulos conocido como EL GRECO. Este loco se llamaba GUSTAVE COURBET y su “entierro” quedará por la eternidad como una de las más excelentes obras maestras del REALISMO.
Desafiando los “entierros” de El Greco, de Courbet y otras barbaridades.
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