Cuando nos miramos directo en la profundidad de los ojos, el gallo de pelea y yo, se me ocurrió la idea de pintar algo grandioso y poderoso. Pero no como los efectos especiales de las películas gringas de última generación, sino con las medidas de los creadores de llanura, del llano, del llano en llamas, que saben lo que separa lo humanamente auténtico de lo inauténtico.
El Trigallo más gallo
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