Así lo han bautizado los chontaleños, por su color definitivo, que es de color bronce, pero con el claro del sol se transforma en algo que es a como decía Cantinflas, que “lleva un tinte color marrón dorado rubio platinado tirando a tornasol”.
En realidad, el becerro de oro de Juigalpa no es para ser adorado, como el del Éxodo de Moisés, sino admirado, Continua a leggere
Llegó el becerro de oro en Juigalpa
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