Estábamos en Florencia, en lo último de la Academia de Bellas Artes, o recién salidos de la Academia. Ahora me enredo un poco con la fechas, pero me parece que dos o tres años atrás dilatamos tres días para llegar a Madrid, con un monstruo de camión TIR que viajaba a 20 kilómetros por hora. Llegábamos a Madrid para estudiar frente a los originales a El Greco, a Zurbarán, a Goya pero por sobre todo a Velázquez , del que estábamos preparando una tesis.
Las últimas víctimas de Franco
Rispondi