Después de 30 años de vivir en Nicaragua y América Latina me he atrevido finalmente a pintar un retrato de Rubén Darío, el grande poeta nicaragüense y máximo representante del modernismo literario en lengua española: el príncipe de las letras castellanas.
Lo he pintado orgulloso de su nueva pluma estilográfica en la mano, con su antiguo sombrero de copa (como aparece en una pequeña foto junto a los poetas Leopoldo Lugones de argentina y Francisco Contreras de Chile), con su bigote “imperial” y, en el fondo, los cisnes como símbolo del modernismo.
Dopo 30 anni di vita in Nicaragua e in America Latina alla fine ho avuto il coraggio di dipingere un ritratto di Rubén Darío, il grande poeta nicaraguense, massimo esponente del modernismo letterario in lingua spagnola: “il principe della letteratura spagnola”.
L’ho dipinto orgoglioso della sua nuova penna stilografica in mano, con il suo vecchio cappello (come appare nella piccola fotografia accanto ai poeti Leopoldo Lugones, argentino, e Francisco Contreras del Cile), con i baffi “imperiali” e sul fondo, i cigni come simbolo del modernismo.
Rubén Darío, Prosas Profanas y otros poemas
EL CISNE
. . . .Fué en una hora divina para el género humano.
El Cisne antes cantaba sólo para morir.
Cuando se oyó el acento del Cisne wagneriano
Fué en medio de una aurora, fué para revivir.
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. . . .Sobre las tempestades del humano oceano
Se oye el canto del Cisne; no se cesa de oir,
Dominando el martillo del viejo Thor germano
Ó las trompas que cantan la espada de Argantir.
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. . . .¡Oh Cisne! ¡Oh sacro pájaro! Si antes la blanca Helena
Del huevo azul de Leda brotó de gracia llena,
Siendo de la Hermosura la princesa inmortal,
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. . . .Bajo tus blancas alas la nueva Poesía
Concibe en una gloria de luz y de harmonía
La Helena eterna y pura que encarna el ideal.