El inmenso mural en el Teatro Rubén Darío de Managua

Llegamos a Nicaragua poco después del triunfo de la Revolución Popular Sandinista del 19 de julio de 1979, con la humilde intención de colaborar en lo que podíamos en el sector de la PINTURA MURAL, del ARTE PUBLICO y de la INTEGRACION PLASTICA.

Inocentemente pensábamos acompañar a los jóvenes artistas nicaragüenses y aprender de ellos en su “Cambio profundo, en las estructuras políticas y socioeconómicas de la comunidad nacional”, así como expresa el sentido de “REVOLUCIÓN” según el Diccionario de la Real Academia de Lengua Española.

La primera idea fue la de buscar financiamientos en Italia para crear propiamente una “UNIVERSIDAD DE LA INTEGRACION PLASTICA entre pintura, escultura, arquitectura y urbanismo”. El financiamiento en Italia lo logramos, y bien abundante, pero con los nicaragüenses se logró solamente un camino intermedio entre la Escuela de Arte y la Universidad…e inventamos la ENAPUM -DAS, primera escuela de Arte Público con carácter “NACIONAL” del continente americano: la ESCUELA NACIONAL DE ARTE PUBLICO-MONUMENTAL DAVID ALFARO SIQUEIROS.

Y en los gloriosos años ’80, con nuestra ENAPUM-DAS ya medio funcionando, inspirados a LA TALLERA SIQUEIROS de Cuernavaca México y a la STAATLICHE BAUHAUS de Weimar, Alemania….con los artistas nacionales nicaragüenses y las brigadas y artistas individuales que llegaron de todos los rincones del mundo fue surgiendo el Movimiento Muralista nicaragüense, quizás el heredero y continuador más importante del Muralismo Mexicano en América Latina……

….Florecieron de las más variadas, intensas, atrevidas y locas utopías y tendencias en el Arte Público que, en síntesis publicamos en este ¨POST https://blogosfera.varesenews.it/la-bottega-del-pittore/2016/01/28/utopias-y-tendencias-en-el-arte-publico-de-los-anos-80/

Una de las ideas más atrevidas y locas que salieron en los días de tertulias con los estudiantes de Arte entre la Colonia Dambach, la Iglesia del Riguero y los predios de la ENAPUM-DAS en la que fue la Hacienda “El Retiro” fue una obra totalmente “conceptual” (en este caso no “minimalista”, sino “maximalista”), que nunca se pudo concretizar (Christo tuvo más suerte con el embalaje de la costa de Sidney “Little Bay”)  , fue el inmenso retrato horizontal de Sandino, que pensábamos realizar en la superficie del Lago de Managua en la mitad de la década de los ’80.

Se trataba de recolectar materiales flotantes (botellas vacías, maderas, plásticos etc), pintarlos y amarrarlos el uno al otro para crear una línea, y con esta un “diseño” anclado al fondo del lago, cubriendo la superficie desde el Malecón de Managua hasta San Francisco Libre: una especie de “grafito” quilométrico para que se pudiera apreciar a través de los satélites de la CIA parqueados sobre Managua.
Habría podido ser la más grande obra “post-Land Art”, o bien “PRE-ASTRONAUTIC ART”: en todo caso no se realizó y quedó a nivel de puro “concepto”.

En aquellos entonces, para ir a la Colonia Dambach, si recuerdo bien, llegábamos a la terminal de la 119 en la Plaza de la Revolución, y siempre se nos presentaba este enorme paralelepípedo de cuatro caras visibles desde la ciudad y una desde los aviones o satélites espías.
Siempre razonábamos sobre este inmenso prisma cuadrangular que es el torreón de tramoya o torre de escenario de los telones y bambalinas encima del Teatro Rubén Darío y lo encontrábamos algo como una añadidura fea y mal integrada al conjunto arquitectónico.

Humildemente y con todo respeto por el arquitecto José Francisco Terán Callejas y por todos los ingenieros, arquitectos, poetas, economistas, políticos y todos los prominentes colaboradores que en los años ’60 crearon esta obra maestra de la arquitectura moderna internacional……..este paralelepípedo de los Telones y Bambalinas en sus cinco fachadas externas necesitaba de una inmediata “intervención de cirugía estética urbana”…además a sabiendas que encima de Managua permanencia el ojo nefasto de la CIA, y que todos los aviones en llegada recibían su bienvenida sobrevolando el Teatro Rubén Darío.

Plásticamente se trataba de encontrar una de varias soluciones posibles:……………. la primera, tratándose de la situación de agresión imperial en la que estábamos viviendo era obviamente la de pintar al General A.C. Sandino o Blanca Aráuz y Augusto C. Sandino en todas las 5 caras visibles del hexaedro.

La segunda solución patriótico/cultural posible hubiera sido la de pintar al mismo poeta Rubén Darío en las mismas 5 caras.

Managua, Nicaragua: Rubén Darío National Theatre – architect José Francisco Terán Callejas – Teatro Nacional – Plaza Bolivar and Av. Bolivar – photo by M.Torres

Y las últimas dos posibilidades, más estéticas que temáticas, hubieran sido de pintar unas decoraciones poliangulares/dinámicas más o menos con un concepto de muralismo cinematográfico o bien la de anular o cancelar visualmente el monstruoso poliedro con los colores del lago o de la tierra o del espacio que lo rodea.

Al final pasaron los decenios y todo quedó en puro concepto…o más bien proyecto….

…..y en la realidad de la nada blanca de un solido de 5 caras visibles…y la pregunta ¿Porqué hubiera podido haber algo y no, más bien, nada?  Preguntaban también Heidegger, Leibniz, Schelling, Unamuno, y seguimos preguntándonos muchísimos de nosotros….

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