Me parece de tener siempre 20 años, pero obviamente estoy entrando en la edad peligrosa en la que las síntesis emergen espontáneamente y el deseo de expresarlas igual. Hablo como Pintor con más o menos medio siglo de profesión pictórica….en calidad de estudiante permanente.
Y, de hecho, también San Benito, que había terminado abruptamente sus estudios seculares, se había retirado del mundo… “scienter nescius et sapienter indoctus” (sabiéndose ignorante, pero de ignorancia rica en sabiduría)
Emergente en este momento es una “síntesis” un poco autobiográfica, que tal vez puede ser útil a alguien, quién sabe.
He leído en el maravilloso libro de Philip Ball “LA INVENCION DEL COLOR” que…“Para Teófilo, el arte era una actividad fervorosa, cuyo objetivo era glorificar a Dios; en este sentido el ejemplifica el pintor del siglo XII: un monje cuyo trabajo es exclusivamente religioso y que tiene experiencia en una variedad de artes y oficios, incluyendo la miniatura de los códigos y la fabricación de objetos metálicos. Todas, incluyendo la pintura, se practicaba en forma anónima: oportunidades de meditación piadosa en lugar de exhibición personal… Su elección de estilos y materiales reflejaban una visión del mundo en el que los iconos y las imágenes no son simplemente símbolos de devoción, sino que se convertían en poder para influir en la vida cotidiana… La utilización por parte de los artistas de materiales preciosos como el oro y el lapislázuli no sólo indica un deseo de mostrar su devoción sin reparar en gastos, sino que revela la esperanza de que el poder sobrenatural de la obra sea enaltecido”.
Este fue exactamente el espíritu con el que, con casi 21 años, decidí dejar todo e ir a Florencia para pintar y vivir como Pintor: servir a DIOS y servir a la BELLEZA. Esta segunda opción había sido reforzada por las fantasiosas frecuentaciones en los libros y en París de Modigliani, Utrillo, Soutine, Picasso y la vida bohemia, donde, posiblemente, la salvación tendría que llegar por la Providencia Divina de la primera opción.
Y allí en Florencia me encontré con el Movimiento del 68, radical, total y absoluto. Tanto es así que al frecuentar la Academia de Bellas Artes, a veces (a menudo) tuvimos que priorizar los desvelos mimeografiando y distribuyendo papeletas revolucionarias o xilografiando y pegando clandestinamente los afiches en la zona industrial, en los barrios populares y universidades… y entonces había que vivir entre DIOS y la BELLEZA, pero rodeados del tsunami de la JUSTICIA SOCIAL, casi predominante en aquellos días.
A decir la verdad, casi me olvidé de inmediato de aquel “DIOS” conformista y demócrata/cristiano que me habían enseñado desde que era monaguillo, y me encontré frente a horizontes muy distintos, con el “Isolotto de Don Mazzi”, con “Nomadelfia de Don Zeno”, con los “Cristianos por el Socialismo”, con los “Preti Operai” (sacerdotes trabajadores) e, incluso, con el primer grupo de “Comunione e Liberazione” de Florencia, que entonces parecía algo novedoso, autentico y juvenil (pero que en pocos años se volvió el más popular entre los grupos católicos conservadores y fundamentalistas italianos).
En cambio, la BELLEZA que estudiaba en la Academia de Bellas Artes me la encontré también en el Movimiento del 68, en las calles y en las plazas, con sus expresiones, su música, sus luchas, esperanzas y todo lo demás.
Así estaban las cosas. Creo que en esos años, y en los años siguientes, he vivido estas tres áreas como tres vidas paralelas: DIOS, BELLEZA y JUSTICIA SOCIAL… Vivía el día a día y no me importaba en lo absoluto del porvenir… suponiendo que con el trabajo honesto y lleno al servicio de cada una de estas tres opciones, o de las tres…la Divina Providencia habría resuelto mi futuro. Hoy puedo decir que con estas intuiciones había acertado y que Ella ha hecho muy bien su tarea (aunque, por supuesto, hubiera podido hacer mejor).
Se necesitó llegar a Nicaragua y a la Revolución Popular Sandinista para que yo pudiera entender que las tres opciones (DIOS, BELLEZA y JUSTICIA SOCIAL) son la misma cosa, que son una unidad indivisible… y que propiamente el Papa Juan XXIII y el Concilio Vaticano II habían iluminado esta esencia del “significado” de la vida y del trabajo en la vida.
Es, en cierto sentido, tal vez, algo así como la figura de la Santísima Trinidad, una e indivisible: el DIOS Padre/Madre es el origen nuestro y de todo, el Big-Bang y el Agujero Negro, la Madre Tierra, la existencia y la historia, la experiencia y la sabiduría que nos da la bases para construir cualquier cosa… el Hijo es la JUSTICIA SOCIAL, la solidaridad, la fraternidad, el amor (que es resurrección), el libre pensamiento y la lucha, la revolución, las nuevas ideas y el riesgo inevitable de profesarlas… el Espíritu Santo es la BELLEZA tanto de lo creado, que de los creadores, que del crear obras nuevas y un mundo nuevo…El Espíritu Santo es sea el trabajo que el fruto del trabajo, y ambos son la esencia de la vida y del vivir… Dice justamente el primer artículo de la Constitución que…”Italia es una República democrática fundada en el trabajo”, y cuando este proceso respeta y promueve la JUSTICIA SOCIAL armonizándose con el DIOS Padre/Madre de la Tierra y del Todo, indudablemente allí aparece bella y resplandeciente la paloma del Espíritu Santo o de la Paz, que son probablemente la misma cosa.
Mi síntesis actual es propiamente esta, por supuesto como Pintor, que después de la tormenta está trabajando de nuevo más o menos como el monje de Philip Ball que se mencionó al principio, “con devoción y sin reparar en gastos“: EL SENTIDO DEL TRABAJO NO ESTA EN NINGUNA OTRA COSA sino en el servicio devoto al DIOS / BELLEZA / JUSTICIA SOCIAL… todo lo demás me atrevería a pensar que tal vez es superfluo, y tal vez hasta inútil.
Y la satisfacción final, parafraseando al “Confieso que he vivido” de Pablo Neruda, es propiamente el confesar que he pintado, que he trabajado lo mejor posible y con devoción por la MADRE TIERRA, por la BELLEZA y por la JUSTICIA… que son la misma cosa… o, al menos, como sugieren los estudiosos del paradigma cuántico, “No hay nada en el mundo que sea aislado”…el problema es sólo de establecer el “NIVEL DE COHERENCIA”.
Estas tres opciones en una, y por lo tanto no “aislables”, a mí me parece que tienen HOY aquel “nivel de coherencia” suficiente para producir “RESONANCIAS” de diversa índole… tal vez. Pero sin duda son de inspiración inagotable para mi investigación pictórica.
Sergio Michilini, 17 enero 2013
Traducción del Post en ITALIANO: https://blogosfera.varesenews.it/la-bottega-del-pittore/?p=11826