En la primera mitad de los años ’80, en el pleno de la brutal guerra de agresión por parte de los Estados Unidos de América, el Ministro de Cultura de Nicaragua Padre Ernesto Cardenal llamó a todos los artistas, músicos, poetas, cantantes, bailarines, fotógrafos, escritores etc. a que doblaran los esfuerzos y siguieran sus trabajos creativos y didácticos en cualquier condición y situación.
En la Escuela Nacional de Arte Publico Monumental “David Alfaro Siqueiros” (ENAPUM-DAS) de Managua recién inaugurada se estaba buscando en cómo responder a los muchísimos pedidos de obras monumentales por parte de muchas de las instituciones del estado, gremios y organizaciones populares.Todas las obras externas o prefabricadas en los predios de la ENAPUM-DAS se hacían conformando equipos de trabajo integrados por profesores y alumnos con una didáctica estrictamente vinculada a la producción de la obra.

CECILIA HERRERO, DANIEL HOPEWELL y JANET PAVONE,

Uno de los equipos más sobresalientes de la ENAPUM-DAS se conformó a finales de los ’80 llamándose “COLECTIVO BOANERGES CERRATO” en honor al joven artista nicaragüense recién fallecido. Este colectivo, conformado por JANET PAVONE, DANIEL HOPEWELL y CECILIA HERRERO, después de varias y notables experiencias creativas en Managua, como los murales del Centro Cultural “Héroes y Mártires de Batahola Norte“, se trasladaron definitivamente en la ciudad de Estelí e iniciaron un trabajo realmente de grande trascendencia cultural y revolucionaria como son los TALLERES DE MURALISMO INFANTIL, todavía hoy funcionando ejemplarmente como ONG con el nombre de FUNARTE.

También iniciaron a realizar pinturas murales de impactante belleza, como las obras del CENTRO DE SALUD LEONEL RUGAMA, justamente declaradas PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN por la Ley No. 90 de 5 de abril de 1990, publicada en La Gaceta No. 78 de 23 de abril de 1990.

Estas obras, únicas en su género, fueron inexplicablemente y estúpidamente borradas recientemente, quedando la ciudad de Estelí huérfana de una de sus mejores obras de Arte Público-Monumental, con sus mensajes de memoria histórica de lucha y de paz para las futuras generaciones.

Terminando los murales del Centro de Salud, los integrantes del “Colectivo Boanerges Cerrato” fueron invitados por el Coronal Antenor Rosales para pintar el muro exterior de la base militar QUIABÚ, también en la ciudad de Estelí.

El trabajo fue realizado por JANET PAVONE, DANIEL HOPEWELL y CECILIA HERRERO en los años 1989 1990…y la inmensa obra pictórica, que mide 84 metros de largo x 3 metros de alto….el día de hoy podemos decir que tuvo mucha más suerte de las obras del Centro de Salud: a pesar del cambio de gobierno en el mientras que todavía estaban realizando la obra, ella sobrevivió triunfalmente en todos estos 25 años, y ahora acaban de realizar una tremenda reconstrucción/restauración y la mágica pintura mural brilla nuevamente casi como nueva…y seguramente es motivo de orgullo para los ciudadanos del Diamante de las Segovias: ESTELI, la ciudad del TABACO y obviamente de los MURALES.
Con pedido oficial por parte del Coronel a cargo del QUIABÚ (Primer Comando Militar Regional del Ejercito de Nicaragua “Comandante Francisco Rivera Quintero”) la reconstrucción/restauración de esta inmensa pintura mural fue realizada entre 2015 y 2016 por dos de los mismos artistas que la crearon a finales de los años ’80: JANET PAVONE y DANIEL HOPEWELL, dirigiendo a un equipo de pintores de FUNARTE ( Rosario Alaniz, Katy Centeno Scott, Tania Cerrato, Jafet Escalante, Osiris Castilblanco, Jaime Sliva Aquilar) y con el apoyo logístico de los oficiales y soldados de las base militar Quiabú.
Esto es muy importante subrayarlo, QUE LA RECONSTRUCCION/RESTAURACION FUERA DE LOS MISMOS ARTISTAS QUE CREARON LA OBRA, de lo contrario hubiera sido una destrucción, como pasa muy a menudo en Nicaragua, en donde cualquier pintor pretende trasformar las obras a su propio gusto y antojo, cancelando todo lo original y auténtico de la obras. Si no se pueden involucrar los mismos autores de la obra original, como en este caso del Quiabù, hay que contratar a un RESTAURADOR PROFESIONAL, que es un técnico especializado y respetuoso de lo auténtico y original. (Jamás, nunca contratar a un pintor para restaurar murales, pues el es un artista y quiere siempre inventar cualquier cosa, meno que respetar propiamente la originalidad y unicidad de la obra!)
El mural de Quiabú se titulaba y sigue llamándose “EL MURAL DE LA PAZ” y por eso inicia con una cita de Silvio Rodriguez en la CANCION DEL ELEGIDO “Comprendió que la guerra era la paz del futuro’

FELICIDADES A LOS MILITARES, A LOS ARTISTAS Y A SUS AYUDANTES DE FUNARTE, A LAS AUTORIDADES DE LA ALCALDIA Y A TODOS LOS HOSPITALARIOS Y REVOLUCIONARIOS CIUDADANOS DEL DIAMANTE DE LAS SEGOVIAS.