Según mis criterios profesionales estéticos y filosóficos la pintura monumental más importante e interesante de Nicaragua es el tríptico mural realizado con la técnica del BUEN FRESCO en el 1986 en el Palacio de Cultura de Managua por el maestro Vladímir Víktorovich Kibálchich Rusakov, más conocido como VLADY (Petrogrado, 15 de junio de 1920 – Cuernavaca, México, 21 de julio de 2005),
pintor y grabador ruso-mexicano, hijo del escritor revolucionario anarquista Victor Serge .
En el 1986 maestros y estudiantes de la “Escuela Nacional de Arte Publico Monumental David Alfaro Siqueiros” colaboramos con el maestro Vlady en la realización de esta su pintura del Palacio de Cultura proporcionándole nuestros andamios, herramientas y materiales de varios tipos, y siguiendo su proceso diario de creación de la obra.
Fue realmente novedosa y revolucionaria su manera de trabajar la técnica del Buen Fresco, tratando el mortero de cal, el Blanco San Juan y los pigmentos con los dedos, las espátulas, el mango de los pinceles… rompiendo esquemas para encontrar expresividades en las materias, en las texturas y en los contrastes siempre diferentes…. Fue una experiencia única para los que participamos, aunque, quizás, en este entonces todavía no conocíamos la trascendencia de este artista mundial.
Vlady nació en Rusia en plena Revolución y fue chinchineado por el mismo Vladímir Ilich Lenin, aunque de allí en adelante toda su vida y toda su obra fue una lucha de pensamiento libre, una herejía en el sentido más amplio y elevado del término, y propiamente en eso radica su inmenso valor para las jóvenes generaciones.
Su vida a contracorriente, sus tragedias familiares, su exilio permanente hasta convertirse en apátrida, sin ninguna nacionalidad y sin pertenecer a ningún Estado (decía ser ciudadano del mundo y su patria la pintura); su carácter inquieto, insatisfecho, disconforme, curioso, indagador, experimentador hacen de este Maestro un verdadero guía, un faro para orientar a nuestros artistas hacia un pensamiento decolonial y una estética de la liberación en los paradigmas de este nuevo milenio latinoamericano.
En este sentido aconsejo leer esta interesantísima ponencia de Claudio Albertani dictada en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) el 27 de junio de 2008 titulada: “¿Quién es Vlady? -y por qué es importante saberlo- (Claudio Albertani, 2008)“
Decía el Comandante Tomás Borge que “El arte es una herejía”, y si yo tuviera que señalar la pintura monumental que en Nicaragua he encontrado más herética mencionaría seguramente, como decía anteriormente, este tríptico mural al BUEN FRESCO de Vlady en el Palacio de Cultura, que es algo como un posible camino de “el norte” que a su tiempo, regresando a Nicaragua, había indicado el maestro de maestros Rodrigo Peñalba en su “PROYECTO REVOLUCIONARIO” y que aquí resumimos rápidamente en estos 6 puntos: ANTIVANGUARDISMO, ANTIRUPTURISMO, OFICIO, TONALISMO y COLORISMO, PINTURA MURAL, UNIDAD DE LAS ARTES…
En el sentido de estas 6 orientaciones cito de la ponencia de Claudio Albertani anteriormente mencionada:
ANTIVANGUARDISMO
“En 1968, Vlady obtuvo la Beca Guggenheim y, en plena revuelta estudiantil, se trasladó a Nueva York con Isabel. Ahí se empapó del espíritu de la América rebelde, pero se horrorizó con el pop art que sintetizaba todo aquello que le disgustaba: la repetición al infinito de los temas de la vanguardia y la falta de rigor formal. De regreso a México, dejó de exponer en galerías y rompió con la vanguardia mexicana. Estaba inquieto. Ya sabemos que admiraba el fresco como expresión del arte universal: “es la técnica que ha conformado las obras más importantes de todos los tiempos; el fresco es el brillante, el diamante de la pintura. La pintura trabaja los sentidos. El pintor no usa palabras: usa materiales, trabaja el sentimiento con la mirada y el cerebro. El color es un lenguaje, como la música”.
ANTIRUPTURISMO
“Vlady descubrió nuevos motivos para amar el Renacimiento, esa grandiosa epopeya del individuo que emerge de los dogmas, de los ritos y de las confesiones para romper todas las reglas y franquear todos los límites”
“Vlady no perdió tiempo: “lo primero que vi fueron los murales de Rivera y Orozco; la dimensión de sus trabajos, no en pequeñas galerías entre esnobs y todo esto, como la pintura surrealista que estaba llena de pequeñeces, de tigres de salón. Y de repente ves que Diego dibuja la gente en los mercados, esta relación inmediata, ambiental, y que adentro tiene todo el prestigio del Renacimiento, toda la pintura del siglo XV. Y que Orozco sobrepasa de manera impresionante todo el expresionismo alemán, menudo, tímido. Todo esto me lleva a otro mundo. (…) Lo que en México descubro con mayor convicción es mi profundo apego al Renacimiento. (…) Es en definitiva esta estética la que más incide en la formación de mi criterio”.
OFICIO
“Con el tiempo, llegó a la conclusión –descabellada, según algunos- de que, los colores industriales habían asesinado a la pintura contemporánea. Iniciaba así su rebelión no solamente contra los acrílicos sino también contra los óleos en tubo y una larga y angustiosa experimentación con la que se ha definido –la cocina veneciana- para llegar a fabricar su propia pintura.”
“Tenía horror de la feria de las vanidades y conducía una vida más bien austera, totalmente entregada a su trabajo. Hasta el final, siguió siendo ardiente, fogoso y apasionado, siempre buscando interlocutores y aplicándose a sí mismo la ironía con que trataba a los demás.”
TONALISMO y COLORISMO
”Vlady quedó profundamente impactado por el Renacimiento italiano, en particular por Giorgione y la escuela veneciana”
“Lo principal siempre es el color”, decía. “Su arbitrariedad. Y pintar el aire libre…”
PINTURA MURAL
“Con el tiempo, había madurado la idea de que la mayor aportación de Diego había sido la vuelta al fresco, es decir al Quattrocento italiano. Ahora hacía falta un Cinquecento, la pintura en tercera dimensión, con la profundidad, y en cuarta dimensión, con el movimiento, que son los rasgos de la Escuela Veneciana”
UNIDAD DE LAS ARTES…
“Vlady sobrepuso las dos principales técnicas de los maestros renacentistas: el fresco y la pintura en óleo sobre tela. A esta combinación le llamó pintura total –o pintura-pintura-, misma que se percibe desde el atrio del edificio, en un lienzo refulgente -a pesar de la penumbra- que se encuentra rodeado de frescos.”
(Realmente en esto de la unidad de arquitectura, pintura y escultura, el maestro Vlady no conceptualizó mucho, prefiriendo trabajar solo, sin aportes de arquitectos y escultores…aunque su obra mayor es un inmenso himno a las Artes Mayores, con sus 2,000 metros cuadrados de frescos en la antigua biblioteca Miguel Lerdo de Tejada dentro del Ministerio de Hacienda en el corazón de la Ciudad de México )
Y para terminar, como Guinness World Records de la HONESTIDAD, SINCERIDAD y DIGNIDAD de un verdadero artista que abre el nuevo milenio del ARTE COMO HEREJIA en América Latina pagando duro su propia herejía contra los poderes estúpidos de la humanidad:
“¿Por qué Vlady no ha sido reconocido por lo que es, uno de los grandes pintores del siglo XX? Fuera de México es un desconocido y, salvo contadas y honrosas excepciones, es el gran ausente en la crítica de arte mexicana.
A pesar de manifestarle amistad y aprecio, Octavio Paz escribió mucho sobre arte, pero no le dedicó una sola línea; tampoco Luís Cardoza y Aragón, de filiación marxista, posiblemente el mayor especialista en el muralismo mexicano.
Vlady fue ignorado tanto por la tradición liberal como por la tradición comunista, así como por la crítica de arte mediocre, porque es el pintor del futuro. Ni pesimista ni optimista, nunca declarativo, mucho menos ideológico, nos invita a emprender una permanente interrogación sobre los cambiantes desafíos de un mundo constantemente al borde de la barbarie, pero también de la liberación.”
Vlady: un rebelde en el corazón de Nicaragua. Anastasio Lovo https://www.laotrarevista.com/2020/07/anastasio-lovo/